Sufrimos cada día el bombardeo de
toneladas de noticias. No sólo a través de prensa, televisión y radio. Basta con una mera conexión a internet para vernos en medio de un tiroteo de informaciones
provocado por blogs, webs y redes sociales.
Quizá por eso pasamos por alto, demasiado a menudo, algunas cuestiones
esenciales.
La madrugada del 16 de noviembre,
comenzó
la exhumación en el Monumento de Navarra a sus Muertos en la Cruzada del cuerpo del general
Sanjurjo y seis navarros que participaron en la guerra civil. La hora del
suceso es relevante: la medianoche. El secretismo y las medidas de precaución
tomadas son una prueba de que no todos los navarros estaban de acuerdo. Pero lo
que nos interesa ahora es destacar el trabajo realizado por “la fuerzas del
cambio” del ayuntamiento de Pamplona, Bildu, I-E, Geroa Bai y Aranzadi para que
las exhumaciones fueran posibles.
El mismo 16 de noviembre, en
el Parlamento de Navarra, salió
adelante una propuesta para desclasificar los documentos referidos a los
sucesos de Montejurra de 1976, en los que fueron asesinados dos simpatizantes
carlistas. La propuesta, una demanda de justicia, estuvo avalada por “las
fuerzas del cambio”. Adolfo Araiz, de Bildu, reclamó “justicia, verdad y
reparación”.
En un mismo día. En un solo día.
Los carlistas queremos señalar el
nivel de mezquindad que ha alcanzado esta gente capaz, en la misma fecha, de
ofender a los abuelos y ensalzar a los nietos.
Su maldad no tiene límites. Pero, ¿por qué?
El carlismo ha sido convertido en
una excusa, en un muñeco que golpear o ensalzar en función del momento. Por un
lado, desenterrar muertos da acceso a un determinado nicho de votos. Por otro,
los sucesos de Montejurra, una injusticia a los ojos de la opinión pública, son
otra causa que abanderar, pues proporcionan los votos de otro nicho.
Se baraja ya, y así los recogen
algunos medios de comunicación, la posibilidad de derribar el Monumento de Navarra a sus Muertos en la Cruzada.
Los carlistas proponemos a los medios de comunicación que preparen a sus
periodistas, que mantengan los ojos bien abiertos. ¡Qué bonito premio, para
algún promotor inmobiliario, esos terrenos en el corazón de Pamplona! Puede
salir en el futuro un buen reportaje de investigación, una excelente crónica de
nuestro tiempo, en el que bajo la pretensión de defender altísimos ideales los viejos
forajidos sacan su tajada.
Por último, los carlistas añadimos que, si bien consideramos necesaria la desclasificación de los documentos de Montejurra 1976, existen innumerables problemas sociales y económicos mucho más urgentes. Visto que los partidos políticos no están por la labor de resolverlos, quizá haya llegado el momento de proponer, abiertamente, la abolición de todo partido político.
Por último, los carlistas añadimos que, si bien consideramos necesaria la desclasificación de los documentos de Montejurra 1976, existen innumerables problemas sociales y económicos mucho más urgentes. Visto que los partidos políticos no están por la labor de resolverlos, quizá haya llegado el momento de proponer, abiertamente, la abolición de todo partido político.
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