Este lunes los grupos políticos del Parlamento de Navarra, con la excepción del PP, han apoyado la campaña a favor de la transexualidad de menores organizada por la asociación Chrysallis. El PP se ha abstenido, aunque Ana Beltrán, su portavoz, ha defendido la causa transexual y ha afirmado que la campaña podría haberse realizado de otra manera.
Los carlistas de Navarra queremos señalar este nuevo caso de unanimidad entre las fuerzas políticas del arco parlamentario. En un asunto verdaderamente esencial, la ideología de género, todos los partidos políticos con representación parlamentaria coinciden. Sería deseable que mostraran la misma coincidencia a la hora de aplicar medidas que promuevan y protejan a las familias navarras.
Además, no hay sólo una misma identidad ideológica entre los partidos. Han vuelto a demostrar que siguen muy alejados de sus votantes. En los últimos días hemos vivido una campaña vecinal sin precedentes que ha logrado la retirada de la propaganda de Chrysallis. Los partidos políticos con escaño han optado por criminalizar a quienes se han atrevido a disentir. Es la misma estrategia seguida para evitar resolver problemas como el del paro. La culpa siempre es de los demás, de tal o cual partido, de tal o cual empresario.
Vale la pena señalar también el silencio mediático, a pesar del empuje de tanta gente corriente. El silencio ha sido quebrado por pequeñas excepciones. Los medios de comunicación mayoritarios -prensa, digitales, radio, televisión- no apoyan directamente la campaña de Chrysallis, pero introducen la ideología de género de manera sibilina a través de contenidos políticos, sociales y culturales.
Por último, los carlistas de por aquí queremos mandar un afectuoso saludo al muchacho que en Nueva York, después de haber gastado treinta mil dólares en la campaña de Chrysallis, busca ahora Navarra en el mapa. Diríase que somos galos, pero no, somos navarros. Sin druidas ni pociones.
Este artículo es contradictorio con criticar el autobús de Hazteoir.
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