"(...) desde principio del siglo XIX, han perecido a la sombra de la bandera de Dios, Patria y Rey, en los campos de batalla, en el destierro, en los calabozos y en los hospitales..."
Hoy los carlistas estamos de fiesta. Cada diez de marzo celebramos los Mártires de la Tradición en recuerdo de los que murieron por nuestra Causa. En previsión de tal fecha, el capitán de esta compañía pidió a este redactor un pequeño artículo. La tentación ha sido componer algún tipo de salmodia de batallas y hechos alucinantes, o, cuando menos, un homenaje rotundo a algún personaje de nuestra dilatada historia. Sin embargo, dado que hoy es nuestra fiesta, este redactor se ha permitido lanzar un guante a quienes, como él, celebran a sus muertos. Hoy esta página recoge un texto para los carlistas.
El carlista común sigue este blog con
algún tipo de expectativa. Quizá porque este altavoz de los Carlistas de Navarra mantiene un tono
diferente. Aunque somos pocos, y no estamos registrados, ni tenemos “Reinos” ni
“Federaciones”, ni “Partidos” ni “Comuniones”, hemos articulado un proyecto carlista
basado en tres pilares: convivencia, barrio y actitud.
En torno a nuestras propuestas pretendemos ahora abrir un debate.
Los Carlistas de Navarra, a pesar de que la leyenda nos caracteriza
como mitad ogros mitad trabucaires, valoramos la convivencia. Mucha gente
elogia ideales de tolerancia y consenso, pero nosotros hemos visto que, en realidad,
no hay demasiado de esto en la calle. Es como si alguien quisiera enfrentarnos
a todos, incluso a los carlistas, que somos pocos y estamos en invierno.
Ante esta realidad, nosotros nos
juntamos, hablamos de nuestras cosas, criticamos y alabamos, y tratamos de
elaborar las respuestas constructivas que consideramos necesarias en una
sociedad tan quebrada por el odio. Se trata de una con-vivencia basada en ideales
compartidos, el respeto mutuo y las hazañas de cada cual, como en el poema de
Calderón dedicado a la milicia: “porque aquí a lo que sospecho / no adorna el
vestido el pecho / que el pecho adorna al vestido”.
Nos organizamos a nivel de barrio.
Entre otras cosas, nos importa lo que sucede en los barrios de Pamplona porque
vivimos en ellos. Esto puede parecer una obviedad, pero hace falta recordarlo
de vez en cuando. En torno a nuestros barrios, y velando por su salud, hemos presentado
algunos textos en prensa. Como formamos parte de un mismo municipio, también
tenemos recogidas propuestas municipales.
Asumimos un poco la misión de
mirar a nuestro alrededor, pensar sobre lo que vemos y hacer sugerencias. Tenemos mucho de núcleo de reflexión, esta es nuestra manera de practicar el
Carlismo. La actitud reflexiva enriquece bastante al grupo. Nos cuestionamos las cosas y tratamos de salir al paso de problemas
actuales.
Sin embargo, no somos un grupo de
pensadores. Somos más bien un grupillo de personas que practican amores y
lealtades. Esto nos cohesiona bastante. Creemos en la Redención, tenemos un interés
sincero por las ideas de don Carlos de Borbón-Parma y compartimos un sano
escepticismo hacia un montón de formas de derrota. Estas lealtades se concretan en las acciones que hemos realizado en dos años de iniciativa.
Hoy, diez de marzo, nos planteamos si sirve todo esto para algo. ¿Tiene sentido esta militancia concreta? Es decir, ¿estamos siguiendo, de manera correcta, los pasos de quienes dieron su vida por esta Causa?
Entre los carlistas esto se habla
mucho. Más o menos, tenemos todos bastante claro que estamos llamados a disolvernos
en la sociedad. No en un sentido negativo, sino como aquellos carlistas que,
después de poner en marcha las Javieradas, dejaron que la vida las regalara al
pueblo de Navarra. El problema es, ¿cómo seguir disolviéndose?
Algunas personas han optado por
dejar de lado las estructuras propiamente carlistas y están en partidos,
asociaciones, círculos culturales. Son abiertamente carlistas, pero ven más
beneficioso para la sociedad su trabajo concreto en estos lugares. Nosotros,
sin dejar de lado esta opción, nos juntamos de vez en cuando bajo el paraguas
de Carlistas de Navarra para
reflexionar y actuar directamente “en carlista”. Estamos convencidos de que de pequeños
núcleos similares pueden salir ideas muy buenas.
De hecho, vuelven a tenerse en
cuenta hoy valores como la cooperación y el autogobierno que los carlistas
llevamos muchos años concretando. Se buscan en el extranjero ideales que nosotros
hemos mantenido, como el patriotismo y la garantía monárquica. Incluso algunas
personas, tratando de concretar la autogestión y la subsidiariedad, creyéndose
audaces descubridores de realidades originalísimas, han conferido nombres
nuevos a nuestros viejos fueros.
¿Les convence la respuesta? Nosotros tenemos a disposición de quien
quiera un correo electrónico, carlistasdenavarra@gmail.com,
para que nos envíen suspicacias, opiniones, sugerencias…
Más que por la Patría y el Rey, diría que los carlistas vascos dieron du vida por los Fueros. Ya lo decía el Cura Santa Cruz, que era mejor que los Fueros vinieran después de Dios y antes que la Patria y el Rey, no fuera que algún rey carlista tuviera la tentación de llevarselos por delante
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